Cuidar las plantas, pero con coherencia
Hay muchos consejos de jardinería que corren por la red. Algunos gurús recomiendan tocar música ante las plantas de interior, o tener conversaciones con ellas, o incluso darles masajes suaves o un toque íntimo de vez en cuando. La mayoría de estas prácticas, en realidad, son probablemente más para el beneficio del jardinero que para el propio jardín.
Si que es verdad que, la música relajante y melódica, mejora su crecimiento en un 25%. Son las conclusiones de estudios científicos, el más reciente realizado la Universidad de Santiago de Chile. Pero ¿Las plantas realmente pueden sentir cuando las estamos tocando?.
En realidad, a las plantas no les gusta cuando las tocan. Según un nuevo estudio del Instituto de Agricultura y Alimentación de La Trobe, ha descubierto que la mayoría de las plantas son extremadamente sensibles al tacto, e incluso, un ligero toque puede frenar significativamente su crecimiento, según informa Phys.
A las plantas no les gusta nada que les den masajes ni que las toquen
Es un hallazgo que contradice el mito de «masajear la plantas». Y no sólo eso, sino que perciben diferentes sensaciones que desencadenan una cascada de cambios genéticos y fisiológicos, dependiendo de la estimulación que puedan recibir: ya sea de unas pocas gotas de lluvia, o una palmadita suave.
«El toque más ligero de un ser humano, animal, insecto o incluso entre las propias plantas por el efecto del viento, desencadena una enorme respuesta genética en la planta», dijo el científico. «A los 30 minutos de haber sido tocadas, se altera el 10% del genoma de la planta. Esto implica un enorme gasto de energía que no utilizan para crecimiento. Si el tacto se repite, entonces el crecimiento de la planta se reduce hasta en un 30%».
¿Por qué las plantas reaccionan al tacto?
El equipo todavía está tratando de averiguar por qué las plantas responden a nivel genético, con tanta fuerza, frente a un simple tacto. Sin embargo, tienen algunas teorías.
«Sabemos que cuando un insecto se posa en una planta, se activan genes que preparan a la planta para defenderse contra el consumo», dijo el Dr. Yan Wang, coautor del estudio.
«Cuando las plantas crecen tan cerca unas de otras, se tocan, la respuesta retardada de defensa del crecimiento puede optimizar el acceso a la luz solar. Así que, para un crecimiento óptimo, la densidad de plantación puede ser igualada con los recursos utilizados».
Hasta que se haga más investigación, especialmente una investigación que analice los mecanismos genéticos en juego ante estas respuestas, todo es sólo especulación en este punto. Aún así, los hallazgos podrían llevar a nuevas metodologías sobre cómo los agricultores podrían manejar sus cultivos, para promover de la mejor manera posible un crecimiento más saludable.
Un ejemplo bastante claro, es cuando cuidamos la flor de pascua, en navidad son todo atenciones, pero después, empezamos a moverla de sitio intentando que encaje en la vivienda, y la planta termina muy mal.
Si te ha gustado el artículo, compártelo!